Hoy te vamos a solucionar más de una cena, y de las ricas. Vamos a hacer una pizza con una base de harina de garbanzos que tendrás lista en pocos minutos y sin complicarte la vida amasando, ni preparando con antelación, y olvidándote de usar ningún tipo de levaduras. Es la revolución de las pizzas, y perfecta para las personas que no puedan tomar gluten, las que tengan poco tiempo, o quieran cuidarse sin tomar harinas.
Todos tenemos un paquete de harina de garbanzos siempre en la despensa, sin saber bien qué hacer con él, así que ya tienes uso para darle. Y como en todas las pizzas, los ingredientes, al gusto del consumidor, pero yo en este caso, le he puesto una base de queso rallado, un poco de pesto por encina, unos tomates cherry al medio, y unos huevos. Al final del horneado, siempre me gusta que haya un toque fresco, y le puse unos brotes verdes por encima.
Siempre suelo hacerlas con lo que tengo en la nevera, o algún resto, aprovechando las sobras, como el pesto que tenía en el fondo de la nevera sin usar. Así que ve calentando el horno que esto está ya mismo hecho!
Ingredientes
- 300gr de harina de garbanzos
- 300ml agua tibia (aprox)
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de ajo el polvo
- 1 cucharadita de cebolla en polvo
Paso a paso
- En un bol amplio, ponemos la harina de garbanzo, con la sal y las especias.
- Vamos vertiendo el agua templada sobre la harina, poco a poco, mientras mezclamos todo.
- La consistencia debe de ser de pasta, no demasiado líquida, que la podamos coger a cucharadas y con textura pegajosa.
- Dejamos reposar la masa unos minutos para que absorba el agua.
- Mientras colocamos un papel de horno sobre una bandeja metálica, y la rociamos con un poco de aceite de oliva.
- Extendemos nuestra masa con forma redonda, con la ayuda de una cuchara.
- Horneamos a 180º durante 10 minutos.
- La sacamos del horno, y le ponemos los ingredientes al gusto.
- Volvemos a cocer en el horno otros 5 minutos con los ingredientes.
- Ponemos los ingredientes frescos, y servir.