Nos ponemos elegantes para presentar este glamuroso postre, y no es para menos. Desde que vi la primera receta de pavlova, quise hacer la mejor de las versiones, y aunque tengo que decir que después de un par de intentos fallidos, el resultado es espectacular, y bien merecido. La pavlova, para que os hagáis una idea, es una versión a lo grande de los merengues, pero a modo pastel. Ligero, crujiente por fuera y jugoso por dentro.
Esta vez lo hemos hecho de chocolate, pero bien se puede hacer sin él, y el toping de este pastel serán unos frutos rojos, que darán el toque de frescor y amargor que contrasta a la perfección con el dulce y seco de la pavlova. Bien se puede usar otro tipo de fruta de temporada, o que tengas más a mano. Unas fresas, unas rodajas de kiwi o naranja…. como siempre el toque final y personalizado que lo hará más especial.
Ingredientes para la pavlova
- 4 claras de huevo
- 250 g de azúcar blanco
- 1 cucharadita de vinagre blanco
- 25 g de cacao puro en polvo sin azúcar
- 5 g de maicena
Ingredientes para le relleno
- 500 ml de nata para montar
- 4 cucharadas de azúcar blanco
Paso a paso
- El primer paso será separar las claras de los huevos. En un bol amplio comenzamos a batir las claras con la batidora de varillas a velocidad media y cuando empiece a espumar, vamos echando la mitad del azúcar poco a poco. Cuando las claras vayan cogiendo más consistencia, subimos la velocidad de la batidora al máximo, y terminamos de añadir el azúcar y el vinagre. Cuando las claras estén bien montadas, y se formen picos firmes, paramos de batir.
- Es momento de tamizar el cacao junto con la maicena y mezclamos con una espátula, con movimientos envolventes.
- En un papel blanco de horno, con ayuda de un plato y un lápiz, marcamos una circunferencia en el centro del papel.
- Volcamos las claras montadas en la marca que hemos hecho, y vamos expandiendo la mezcla, sin salirnos de la circunferencia, haciendo forma de nido.
- Horneamos con calor por arriba y abajo a 100º durante hora y media. Pasado este tiempo, apagamos el horno y dejamos enfriar por completo con la puerta entreabierta.
- Antes de servir, montamos la nata muy fría, junto con el azúcar.
- Servimos la nata montada sobre la pavlova, y la decoramos con los frutos rojos o las frutas que hayamos elegido.