Postre tradicional italiano que merece estar en nuestro recetario por muchas razones: Su sencillez, su presentación, su textura y por supuesto, su sabor. En esta ocasión hemos optado por hacerlo de frambuesas, ya que es su temporada, pero bien se puede hacer de cualquier tipo de fruta, incluso con mermelada de cualquier sabor.
No he podido resistirme esta vez a usarlas frescas, su color y su toque cítrico me fascina, sobre todo contrarrestando con la otra parte a base de lácteos, que creo, hacen la combinación perfecta.
Sólo necesitas unos cuantos ingredientes sencillos para hacer este bonito postre.
Ingredientes para la parte de las frambuesas
- 120 g de frambuesas
- 1 hoja de gelatina
- 2 cucharadas de azúcar blanco
Ingredientes para la parte láctea
- 250 ml de nata líquida
- 250 g de queso mascarpone
- 4 cucharadas de azúcar blanca
- 2 hojas de gelatina
Paso a paso
- La primera parte que vamos a preparar es la parte de las frambuesas. Trituramos las frambuesas con una batidora y le añadimos el azúcar.
- En un bol con agua fría, sumergimos la hoja de gelatina, para que se hidrate hasta quedar blanda.
- En un cazo, calentamos las frambuesas trituradas, le añadimos la gelatina escurrida e integramos bien.
- En unos vasitos, servimos parte de la preparación, y los metemos en el congelador, mientras hacemos la otra parte. (En mi caso he utilizado unos vasos irregulares, y los he ladeado al enfriarlos para crear formas geométricas)
- Nos ponemos con la segunda parte, calentando en una olla la nata, el queso mascarpone, y el azúcar. (Nunca debe arrancar a hervir)
- Mientras, volvemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría, hasta que quede blanda, y la incorporamos a la olla con la nata y el queso y movemos hasta que quede bien integrada.
- Sólo nos queda recuperar los vasitos, y terminar de llenarlos con nuestra mezcla del queso, volvemos a enfriar unas 4 horas hasta que cuaje por completo.