La guarnición por excelencia para la carne, y para multitud de platos. Tan versátil que siempre hago cantidada de sobra, para comer días postriores con verduras asadas, lentejas, pescados o cualquier comida que prepare en la semana.
En Navidad me encanta hacer un buen plato para poner en medio y servir. Nunca sobra ni un poco, ya que está buenísimo incluso solo, y estas Navidades tampoco podía faltar en la mesa, en esta ocasión aromatizado con tomillo y trufa.
Cuece las patatas de un tamaño similar durante 30 minutos aproximadamente (dependiendo de su tamaño)
Pasado el tiempo, escurre el agua y retira la piel.
Aún las patatas calientes, aplástalas con un pasapuré hasta que se trituren.
Después, incorpora la mantequilla en trozos y a temperatura ambiente. Continúa triturando.
Cuando esté integrada y sin dejar se triturar, sirve poco a poco la leche caliente. La cantidad de ésta, puede variar. Añade hasta que obtengas la textura deseada.
Pon algo de sal, no demasiada, puesto que ya las hemos cocido con sal.
Sirve caliente y ralla un poco de trufa por encima.