Ya echaba de menos hacer unas galletas de chocolate, pero estas… estas ya se salen. De chocolate y café. ¿Existe una combinación mejor para unas galletas mañaneras o para la merienda?
Llevan aceite de oliva extra, lo que les da una jugosidad maravillosa y un sabor intenso, pero la cosa no queda ahí. Lleva sal en escamas, que como sabéis, es el mejor potenciador para el chocolate. Os podéis hacer una idea de cómo están, con todo esto que os cuento…
Una auténtica locura que ha dejado un olor en casa que alimenta. ¿Creeis que durarán mucho tiempo? Si os digo la verdad, casi no he podido esperar que se enfriaran para hacer la cata correspondiente, y es una auténtica pasada notar el crujiente por fuera y jugoso por dentro… pero no te quiero dar más envidia, os dejo la receta de estas maravillas!