Esta es la burger que siempre me pedía fuera de casa en las hamburgueserías, pero desde que la hago yo misma en casa, ni me acuerdo de salir a buscarla. Simplemente la hago yo en casa, a mi gusto, y con doble ración de mis ingredientes favoritos, y no las he vuelto a echar de menos, todo lo casero y preparado en casa, le da mil vueltas a los restaurantes de comida rápida, sabiendo lo que lleva, y de donde proceden los productos que usas.

El protagonista en esta burger sin duda es el pollo. Yo he utilizado solomillos de pollo de corral, que al ser una parte jugosa queda más tierno, pero también lo puedes hacer con pechuga. Es más seca, pero puedes ponerla en remojo en leche media hora antes de cocinarla, para que esté más jugosa. Después lleva un aderezo que me sobró de otra receta, y que aproveché para utilizarlo con el pollo, antes de pasarlo por el crujiente. Un crujiente que en este caso han sido unos nachos que tenía sobrantes en casa, que rompí y rebocé el pollo en él. Otro buen crujiente puede ser unos cereales, o unos doritos rotos, incluso alguna vez, lo he probado a hacer con kikos, o con sésamo. De cualquier modo, queda buenísimo.

También he cambiado la mahonesa, por una crema de anacardos casera. Aporta menos grasas, y un sabor más intenso y original. De tal modo, que esto ya va pareciendo una burguer gourmet en toda regla, pero ya que nos ponemos, nos ponemos. ¿no? Pues vamos a ello.

y ¡a devorar!