¿Qué visitamos?

Después de un una larga lista de recomendaciones de amigos que ya conocían la isla, decidimos hacer nuestro propio tour, con el mapa en mano, señalando nuestra próxima parada. Septiembre es un perfecto mes para visitar la isla de Menorca, sin aglomeraciones y con una temperatura templada, en eso coincidimos con todo el que nos recomendó.

CALAS

El primer día, conocimos la cala Pregonda, situada al norte de la isla. Una de las mejores calas, no tan famosa, pero espectacular por sus recovecos pedregosos perfectas para investigar con tu equipo de snorkel. Para acceder a la cala hay que andar unos 15´dejando atrás dos playas, pero merece realmente la pena.

El segundo día, aprovechando las perfectas condiciones del tiempo, alquilamos una lancha para acceder a ciertas calas de más difícil acceso, casi privadas al ser visitadas en su mayoría por personas que acceden con barco. Hicimos ruta por el sur y el este de la isla, comenzando por la Isla del Aire, hasta Cala Pudent, paraíso casi privado donde tiramos el ancla y pasamos el resto del día enamorados por el entorno.

Cala Mitjana, una de las más famosas situada al sur de la isla. Se caracteriza por tener una playa amplia, aunque suele estar bastante concurrida. Recomendamos recorrer los senderos al pie de la playa, donde podrás disfrutas de vistas desde otra perspectiva, eso si, con calzado cómodo.

Cala Turqueta,  llamada así por el agua transparente y arena blanca. Probablemente la más conocida de la isla, por eso no podíamos dejar de ir, aunque si es cierto que precisamente por lo famosa que es, hay que ir bastante temprano si tienes que aparcar, o buscar un hueco para echar la toalla, suele haber overbooking.

Cala Macarella y cala Macarelleta, muy cerca una de la otra, a unos 10 minutos andando. Si te gusta practicar el nudismo, la segunda es especialmente famosa por ello.

PUEBLOS

Ciutadella: La ciudad más importante de la isla. La parte antigua, la catedral y el puerto, son uno de sus bienes. Perderse por las calles y visitar el pequeño comercio de la ciudad

Binibeca vell, simplemente impresionante, uno de los pueblos más bonitos que he visitado. Aunque relativamente nuevo, y construido para recrear un típico pueblo de pescadores es digno de ver. Un laberinto de casas blancas encaladas y empedradas que conforman su encanto.

PUESTAS DE SOL

Vayas donde vayas, contempla la puesta de sol. Para nosotros es un momento de conexión, meditación y relajación. Es un espectáculo de la naturaleza, que si lo unes con buena compañía y un buen entorno, puede llegar a ser el mejor momento del día. Tenemos 2 recomendaciones que cumplen con el entorno, la compañía ya es cosa tuya…

Faro de Punta Nati, muy cerca de Ciutadella. Después de visitar la ciudad, por un estrecho camino se accede al faro. Hay que hacer un trecho a pie, unos 5 minutos caminando. El atardecer aquí es una explosión de colores, además tuvimos la suerte de ver en el otro lado, un arcoíris que hizo aún ,más especial la puesta. El sonido de las olas, los colores del cielo y la brisa marina son un placer para los sentidos.

Cova d’en xoroi, una parada obligada para todo turista. Hay varios horarios para visitar la cueva: de día, de tarde y de noche. el precio es de 12,50 con una consumición, pero no hay excusa, es una de las puestas de sol más increíbles y después puedes disfrutar de la actuación o concierto del día. Es un espacio natural, convertido en una espectacular terraza con vistas infinitas.

“Cala Turqueta” y Atardecer en el “Faro de Punta Nati”
Ciudadella
Entrada a la habitación del hotel “Binigaus Vells”

¡Recomendado!

Faro “Punta Nati”
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Pescado fresco de varios restaurantes de Ciudadella

Nos alojamos en el hotel rural Binigaus Vell, un espacio increíble en mitad del campo menorquín, que conserva la estructura de una antigua granja reformada, que respeta la típica estética de Menorca. Lo más destacable de el hotel es su paz y tranquilidad infinita que en general se respira el toda la isla.

¿Donde comimos?

Los desayunos del hotel imperdonables, aunque de vacaciones, nuestro despertador sonaba a las 8:30 para disfrutar del gran festín que suponía desayunar, coger fuerzas y aprovechar bien el día.

El día del barco, para cerrar con broche de oro, hicimos parada en Can vermut, en el puerto de Mahón, de obligado pedir vermut casero, especialidad de la casa. Para picar, carpaccio de bacalao, carpaccio de pulpo, croquetas de marisco, y croquetas de ternera y miel.

Paseando por Ciutadella, en el puerto paramos a comer lo que más apetece en un sitio así, pescaito fresco de la carta, con vino blanco menorquín, el que más nos gustó fue el Merluzo.

Para aprovechar al máximo los días de playa, algún día nos preparábamos unos  picnic improvisados  con productos típicos de Menorca. Queso de Mahón, sobrasada, unas aceitunas y pan artesano y ensaimada. Poco más para disfrutar del día.

Este ha sido un pequeño resumen de nuestro viaje y estamos seguros de que te han entrado ganas de pasar tus próximas vacaciones en Menorca… así que si te animas a ir,  o ya la conoces, nos encantaría que nos comentaras tu experiencia!!